viernes, 1 de agosto de 2014

O de Ostentación

Ostentar, alardear, aparatoso, etc., son sinónimos.

Hay muchas maneras de ostentar, puede ser de poder, de lujo, de conocimientos, en fin que hay una infinidad de variantes.

Hay personas a las que les gusta ostentar de que gozan de predicamento sobre otras con más poder; ejemplo: yo tengo una excelente amistad con el ministro fulano y, si se lo pido yo, seguro que me lo concede, o bien “a mi el jefe siempre me hace caso, tiene muy en cuenta mi opinión”.

A este tipo de personas más vale no ponerlas a prueba, podemos llevarnos un chasco.

Otro tipo son aquellos que van haciendo ostentación de joyas, coches, vestimentas, etc., y un gran número de veces si rascamos, debajo de esa capa, suelen tener más trampas “que el abaniquero de Sevilla”.

Es curioso observar que en las zonas agrícolas existen personas con riqueza, pero que no hacen ostentación de ella y, generalmente, la gente de campo son las que menos alardean, en comparación con las de ciudad.

En resumen, dentro de mis cortas entendederas, estimo que todos esos alardes no son sino un signo de vanidad.

El refranero castellano es muy rico y acertado, y para estos casos va bien aquel que dice: “Dime de qué presumes y te diré de lo que careces”.


Que nadie se ofenda, porque casi todos tenemos nuestros gramos de vanidad, lo peor es tener kilos y algunos tienen arrobas.

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