O de Ostentación
Ostentar, alardear, aparatoso,
etc., son sinónimos.
Hay muchas maneras de ostentar,
puede ser de poder, de lujo, de conocimientos, en fin que hay una infinidad de
variantes.
Hay personas a las que les gusta
ostentar de que gozan de predicamento sobre otras con más poder; ejemplo: yo
tengo una excelente amistad con el ministro fulano y, si se lo pido yo, seguro
que me lo concede, o bien “a mi el jefe siempre me hace caso, tiene muy en
cuenta mi opinión”.
A este tipo de personas más vale
no ponerlas a prueba, podemos llevarnos un chasco.
Otro tipo son aquellos que van
haciendo ostentación de joyas, coches, vestimentas, etc., y un gran número de
veces si rascamos, debajo de esa capa, suelen tener más trampas “que el abaniquero
de Sevilla”.
Es curioso observar que en las
zonas agrícolas existen personas con riqueza, pero que no hacen ostentación de
ella y, generalmente, la gente de campo son las que menos alardean, en comparación
con las de ciudad.
En resumen, dentro de mis cortas
entendederas, estimo que todos esos alardes no son sino un signo de vanidad.
El refranero castellano es muy rico
y acertado, y para estos casos va bien aquel que dice: “Dime de qué presumes y
te diré de lo que careces”.
Que nadie se ofenda, porque casi
todos tenemos nuestros gramos de vanidad, lo peor es tener kilos y algunos
tienen arrobas.
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