viernes, 9 de mayo de 2014

flores en mayo

Día 9 de mayo. Ha amanecido un día con niebla y yo estoy espeso y como decaído, seguramente será por el tiempo, parece que las fuerzas me hayan abandonado.

De cualquier forma, últimamente me canso más y la saliva me lleva por el camino de la amargura, pongo chorreando dos o tres pañuelos diarios y además me molesta mucho para poder hablar algo, que cada vez lo hago peor.

Por otra parte, el dedo índice de la mano izquierda ya no lo puedo poner derecho del todo y a veces está sin fuerza, entonces tengo que hacer un gran  esfuerzo para abrocharme los botones de la camisa por la mañana.



Bueno cosas más agradables; esta tarde, en la residencia, hay un grupo que vendrá a bailar sevillanas, habrá que ir y comprobar.

A mí Sevilla como ciudad me gusta, pero no los sevillanos, hablan mucho pero luego nada de nada; además con tanto  bombo con las casetas y son muy selectivos, no puedes entrar a cualquiera si no eres socio o tienes amistades.

Pese a que mis antecedentes sean andaluces, hay muchas cosas de su carácter que no encajan en mí, empezando porque hablan a gritos.

A pesar de que me siento a gusto y que me tratan bien, especialmente por parte del equipo profesional, es un poco triste acabar tus días en una residencia y eso que tenemos una libertad de acción en ésta que no hay en otras muchas.


Me entretengo bastante haciendo pulseras para la tienda de la residencia, un poco de lectura y algo de televisión, de ésta cada vez menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario